El pueblo mágico de Tula, en el estado de Tamaulipas, tiene un nuevo referente, una monumental cruz enclavada justamente en el “Cerro de la Cruz”, con una altura de más de 30 metros, que busca fomentar los valores de la religión y que además sea un destino turístico.
Américo Villarreal Anaya, gobernador, hizo entrega de la “Cruz de la Esperanza”, a los habitantes del legendario municipio cargado de mucha historia, que ha visto emanar hombres y mujeres valientes, forjadores de la patria en distintos momentos.
El proyecto había sido detenido por dos años debido conflictos relacionados con la tenencia de la tierra, finalmente retomó su curso y se concretó gracias a las gestiones del gobernador que esta tarde entregó la obra a los habitantes de esta ciudad.
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