Como es sabido, al menos los presidentes municipales de Morena de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros y Ciudad
Victoria son objeto de una persecución política y judicial ordenada por el gobernador Cabeza de Vaca.
En un reciente discurso, el gobernador de ascendencia panista se jactó de que “tengo para todos”, y dejó entrever que
actuaría contra sus adversarios políticos, a los que llamó sus enemigos.
Y no tardó en cumplir su amenaza, ya que Francisco ordenó a la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas,
presuntamente autónoma, que iniciara una cacería de estos consejeros, así como de otros actores políticos que no se
ajustan a sus simpatías personales.
Los propios individuos han denunciado públicamente que el gobierno estatal panista ha fabricado delitos en su
contra para justificar los expedientes en su contra que servirán de base para su acusación ante el poder judicial si son
condenados.
El ambiente político en Tamaulipas en vísperas de la elección del nuevo gobernador está enrarecido, como para
intimidar a los ciudadanos y evitar que voten, sabiendo que Cabeza de Vaca cuenta con los votos del PAN.
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